Estoy pasando unos dias muy complicados, lo triste de todo es que la causa es el celo de mis dos perras al mismo tiempo y el macho muy energico y virgen con unas ganas enormes de vivir el amor...
Hace unos diez dias nos dimos cuenta que Ñeca estaba empezando el celo. Yo ya habia averiguado que debia esperar unos 5 dias y despues empezaba la epoca del apareamiento pero la otra perra la vieja Mar no dio señas de nada, y cual seria nuestra sorpresa cuando el domingo en la tarde vimos a Puchin pegado de la vieja, a mi casi me a un ataque pero casi me muero de la impresion cuando media hora despues lo veo muy pegadito con Ñeca que es su propia mamá... bueno, el lunes temprano llamé a la veterinaria para saber lo de la "pildora del dia siguiente" para perras...me dijo que era una inyección pero que debia tomar precauciones porque si las volvia a montar quedarian embarazadas nuevamente...y aqui estamos, con una logistica complicada porque esta casa no tiene divisiones en la parte de afuera para separarlas del perro, además las dos perras se odian a muerte y no se pueden tener juntas. Bueno, resolvimos sacar a Puchin a la calle mientras las perras van al patio de la casa a hacer sus necesidades, yo me planto afuera detras de cada perra pendiente que nadie entre o salga y el Puchin entre a la casa. Esta rutina es unas 6 veces al dia. El resto del dia las perras se mantienen encerradas en la casa, una en el balcón y la otra en la sala . Cada vez que una de ellas va salir al patio hay que encerrar a la otra, sinceramente estoy agotada ...La noche del lunes resolvimos que Ñeca durmiera en nuestro cuarto porque si permanecia en el balcón iba a estar ladrandole a todo el que pasara por el frente de la casa y Mar afuera en la sala, pues a esta condenilla no se le ocurrio sino a media noche , empujó y abrió la puerta del cuarto y le cayó a mordiscos a la pobre Ñeca que dormia placidamente...en la pelea mordieron a Martin en la mano, me mordieron a mi un dedo, aquel tremendo zaperoco, el sangrero etc etc. Al dia siguiente le insistí a Martín que fuera a la medicatura a ponerse un toxoide y no quiso , pero ya está bien, realmente no fue tan grande la herida.
Una amiga me decia que uno busca la felicidad de diferentes formas y que para nosotros los perros eran una forma de tenerla y yo le decia que no, que no puedo decir que estas situaciones me traigan felicidad en lo absoluto pero tampoco puedo tomar la decision de sacrificar a la vieja Mar que tiene 9 años con nosotros, que llora desesperada cuando nos ve llegar, que ha compartido con nosotros las verdes y las maduras, que la recuerdo cuando Martín la trajo junto con su hermana Sol y era tan pequeñita que cabia en la palma de la mano , pesaba algo mas de 1 kilo y ha sido una excelente vigilante. Y Ñeca, la negra como le dice Martín, llego a esta casa diminuta y es una perra con una personalidad increible, Martín siente un cariño especial por ella. Y el Puchin, fruto de los amores de Ñeca con Pucho el viejo, se quedó en la casa porque sus hermanos se regalaron todos y a el nadie lo quiso, es vagabundo y callejerisimo, el no puede ocultar sus origenes de callejero por lado paterno pero es tan descarado y simpático que es imposible pensar en salir del animalito y muchisimo menos ir a botarlo en una calle lejos de la casa. Asi es que aqui estamos todos involucrados en esta tarea de frustrar los instintos de estos animalitos, los tres estamos medio locos y a veces perdemos la calma pero ya falta menos y lo unico que deseo es que la inyección que se les puso de verdad sirva porque no me imagino el 31 de diciembre rodeada con mas o menos unos 15 cachorros, definitivamente eso no me hace para nada feliz....
